A pesar que el 40% del agua que consumen los quiteños proviene del Parque Nacional Cayambe Coca y la Reserva Ecológica Antisana, ubicados al este de Quito y pertenecientes a las parroquias Cuyuja y Papallacta del cantón Quijos, hasta hace poco estas parroquias no contaban con un servicio confiable de agua potable.
Elsa es un torbellino que viste pantalones y calza botas. Su andar es como el de una niña entusiasta y descomplicada. Sostenida por unas piernas recias, baja por la lodosa loma de su predio a un ritmo marcado. Entra a un invernadero. Transita por un tramo acanalado. Recoge babacos y tomates de árbol. Aligera el paso. Un grupo de personas ha llegado a visitarla. Les muestra el fruto de su siembra. Les regala babacos y tomates de árbol. Juntos regresan a la parte alta. Se detienen afuera de su casa, al pie del carretero. Ella les ofrece jugo. Les aclara que usó agua hervida para prepararlo. Se apura en explicarles que, pasando un día, hierve un bidón de veinte litros para cosas como estas: los jugos.

Elsa tiene sesenta años y vive en Cuyuja, una parroquia rural del cantón Quijos, en la amazónica provincia del Napo, localizada en la latitud 0º, a 2415 metros sobre el nivel del mar, en un punto donde los Andes empiezan a rendirse ante la Amazonía.