Ir de vacaciones en plan de astronauta no está tan lejos de ser un itinerario habitual.

Hace veinte años, el magnate estadounidense Dennis Tito pagó veinte millones de dólares y disfrutó del universo durante una semana en la Estación Espacial Internacional (EEI). Fue el inicio de una aventura que no se detiene y varios proyectos buscan que los viajes comerciales tengan un antes y un después a bordo de una nave espacial.
Virgin Galactic, Blue Origin y SpaceX son las compañías más visibles en esa quimera con iniciativas concebidas para turistas, que, claro, con los recursos a mano, puedan acceder a ese exclusivo privilegio.