En el terreno de la política, la tecnología tiene dos caminos: o disminuye las desigualdades o las acrecienta. Dos extremos que pueden sortearse con una estrategia. ¿Qué deben considerar esos planes? ¿Es posible evitar el conflicto? Lo responde una experta.

¿Quién está detrás de todos esos aparatos y aplicaciones que utilizamos en nuestro día a día? Eso es lo importante para la politóloga argentina Natalia Zuazo. Ella analiza el impacto que tienen las tecnologías y la inteligencia artificial (IA) en los derechos fundamentales de las personas. Desde su agencia Salto asesora a distintas organizaciones políticas en temas digitales.
—¿Por qué la tecnología ahonda la desigualdad en la sociedad?
—Quienes producen aparatos o sistemas tecnológicos tienen intenciones. Y cuando nosotros usamos esas tecnologías estamos inmersos en relaciones de poder que, por ejemplo, monetizan esos datos. Como cuando vamos a hacernos un estudio médico o tenemos que utilizar una plataforma en cualquier área de gobierno que requiere nuestros datos personales. Por lo tanto, está en la configuración y decisión política que el diseño de esa tecnología genere más oportunidades o más desigualdades.