Casi nadie registra en su cabeza a una mujer trans y vieja. Casi nadie registra la vejez de una mujer que nació siendo un hombre y que nunca se identificó como uno. Quizá porque son pocas, porque a muchas las torturaron y las mataron.

Pepa tiene en su mano derecha dos ramas muertas. Pepa camina con fatiga como si en sus pies cargase dos charcos pantanosos. Pepa mira pero no mira, sus ojos neblinosos se distraen en paredes imaginarias.
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