
Dionisio está satisfecho. Como ya anotaba en un artículo anterior, la parálisis y el miedo a la covid-19 ha dado paso a la fiesta y el desenfreno.
Como en Grecia, hace más de 2500 años, se entregaban por días a festejar a este dios imperfecto y pecador, ahora festejamos la tregua pandémica y la vida frágil que conocíamos, con dios o sin dios, ateos, agnósticos y creyentes por igual.
Pero no todos los dioses son iguales y por eso resultan fascinantes aquellos que poblaban el Olimpo ¡Qué distancia inmensa entre el Dios omnipresente, perfecto, juzgador e infinito de la tradición judeocristiana, con estos dioses caídos, carnales, viciosos y mundanos de la mitología griega!