Preservando la música tradicional de Camboya
Un genocidio casi acaba con las artes ancestrales de Camboya. Por ello, el Instituto de Desarrollo Cultural Jemer lleva 30 años acogiendo a cientos de niños y jóvenes vulnerables para cuidarlos y enseñarles a preservar su música tradicional.

A las tres de la tarde el intenso calor en la tranquila ciudad de Kampot, al sur de Camboya, hace que sus calles estén prácticamente desiertas. En una de las avenidas del centro se escucha de fondo una melodía envolvente que se escapa de un jardín, en la que sutilmente interactúan instrumentos de cuerda, viento y percusión, generando un ambiente de sosiego en la ya de por sí apacible ciudad.
La música se interrumpe y tras un breve murmullo suena de nuevo la misma canción. El maestro Ros Samoeun acaba de dar la orden a sus cuatro alumnos de volver a empezar. Y sin mediar palabra, con temple serio y concentrado, los jóvenes tocan siguiendo las indicaciones del profesor. Chourn Reach es quien marca la melodía con su tror, un instrumento de arco de dos cuerdas; Saron ocupa buena parte del aula con un takhe, una especie de cítara de piso con tres cuerdas y forma de cocodrilo, Iem Rokhthai toca un tipo de flauta llamada khloy, y Kan Prak está a cargo de la percusión con el skor, formado por dos pequeños tambores.