
Hoy más que nunca los museos se han convertido en espacios de permanente mutación. Espacios flexibles, de reinvención y de nuevas miradas hacia la historia.
Muchos museos guardan maravillosas obras de arte en sus bodegas, obras que jamás podremos contemplar en directo, pues su colección es tan avasallante que no pueden mostrarlo todo y, paradójicamente, van adquiriendo nueva obra sin tener espacio donde ponerla.
Tomando esto en cuenta, 2021 ha sido un gran año para el Museo Reina Sofía de Madrid, el cual fue develando, por etapas o episodios, una nueva narrativa de la colección permanente de la institución artística. Lo que ha planteado el Reina Sofía es muy interesante y pertinente, considerando la hegemonía del museo europeo sobre la construcción de ideales y paradigmas eurocentristas dentro de la historia del arte en Occidente.