
El Museo Arqueológico de Orellana exhibe la mejor colección de piezas de los omaguas, que floreció en la Amazonía hasta la llegada de los españoles.
A orillas del río Napo, en la ciudad de El Coca, hay un gran tesoro: el pasado precolombino de los pueblos amazónicos. Está en un bello edificio construido especialmente para albergarlo. El Museo Arqueológico y Centro Cultural de Orellana (Macco) se inauguró en 2015 y es uno de los más importantes del país, pues contiene piezas únicas que dan cuenta de la selva habitada desde tiempos prehispánicos por un pueblo navegante, guerrero y comerciante: los omaguas.
La presencia humana en la selva amazónica tiene más de doce mil años. Las singulares gentes de las tierras bajas domesticaron plantas y animales, tenían su propia cerámica e incluso exportaron sus diseños: se puede encontrar, por ejemplo, la iconografía del jaguar amazónico en la cerámica andina.