Texto y fotografías: Ester Pérez Berenguer

El POY Latam, fundado en 2011 por Loup Langton y por el ecuatoriano Pablo Corral Vega, se ha convertido en el concurso de fotografía y cine documental más grande de Iberoamérica. La revista Mundo Diners va a explorar la visión de las ganadoras del POY Latam del año 2021. En esta edición presentamos el trabajo de la fotógrafa española Ester Pérez Berenguer. Con la voluntad de contribuir a la transformación social, desarrolló su carrera profesional en el sector de la cooperación internacional, donde trabajó en varias oenegés en Barcelona y en Reino Unido. Gracias a este bagaje, tiene un buen conocimiento de la lucha por los derechos humanos y en especial de los derechos de las mujeres. Esto le ha permitido elaborar e integrar un discurso desde una perspectiva de derechos, no victimista, sino desde la dignidad que supone la lucha transformadora. Desde 2018 es presidenta de la Asociación Internacionalismo, Solidaridad y Feminismos (SUDS). Ha ganado diversos premios internacionales como el 1º Premio del POY LATAM, en la categoría de Vida Cotidiana (2021); Photography 4 Humanity (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos); International Photography Grant; PHotoFUNIBER International; Mediterranean Women’s Fund Prize. Ha publicado en la revista 6 Mois (Francia), Il Reportage (Italia), Mo* (Bélgica), Documagazine (Finlandia). Ha expuesto en Nueva York (sede de las Naciones Unidas) y en más de veinte salas en España.
Mujeres mayas de Guatemala, autodenominadas Defensoras del cuerpo-territorio, llevan a cabo procesos de sanación para curar y enfrentar juntas las diferentes violencias que han golpeado sus vidas.
Recuperando los saberes ancestrales indígenas heredados, hacen sesiones de sanación con aceites, velas y flores, para cuidarse entre ellas, para escucharse y apoyar sin juzgar, para recuperar el ánimo de vivir, conscientes de la violencia estructural patriarcal que sufren solo por el hecho de ser mujeres. Hacen ofrendas y rituales de agradecimiento a la madre tierra porque, desde la cosmovisión maya, no entienden al ser humano sin vivir en armonía con la naturaleza, que no es percibida como una fuente de riqueza, sino como una oportunidad de vida. Las Defensoras sienten que cualquier agresión a la tierra donde viven se refleja en dolor en sus cuerpos, de ahí que han generado el concepto de cuerpo-territorio.