
En el centenario del Ulises de James Joyce recordamos a Sylvia Beach, la librera y editora estadounidense que el 2 de febrero de 1922 publicó por primera vez la que sería proclamada como la mejor novela en lengua inglesa del siglo XX.
En 1919 Beach fundó la librería Shakespeare and Company y la convirtió en punto neurálgico de la cultura parisina y refugio de la colonia literaria norteamericana conocida como Generación Perdida. “La mamá gallina” de enormes autores, como Gertrude Stern, Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald, John Dos Passos y Ezra Pound, lo fue también de un vulnerable genio irlandés que había tardado más de una década en escribir cerca de mil páginas sobre una historia que transcurre en un solo día.
Y pese a que el Ulises sufrió una férrea censura, acusada de pornografía, la clarividencia de Beach y el gran apoyo moral y económico que ofreció a Joyce fueron decisivos en la consagración universal de su obra.