Fotografías: Shutterstock.
Edición 463 – diciembre 2020.
Mucha gente dice que está cansada de ver fotos de gatos en redes sociales, pero al parecer es más la gente que los adopta y los deja entrar primero en su casa y luego en sus vidas. ¿Puede un animal enseñarnos a vivir mejor?

Facebook, año de la pandemia. “Así aparecieron en mi vida”. Foto en picada, dos gatitos flacos en una caja de cartón junto a los pies de una mujer, las uñas pintadas de rojo. “Juntos somos la familia, y haremos muchas fiestas”, ponía. Días después, esta vez sin foto, posteó: “¿Recuerdan mis gatitos rescatados?”. Después de un breve recuento de gastos (veterinario, arenero, comida) y de aceptar “el amor no me da para tanto”, anunciaba que los regaló a alguien que los cuidaría mejor, y pedía: “Si me ven buscando gato o perro por ansiedad de cuarentena, no me paren bola”. Cómo te odié, amiga del feis, a ti y a tus uñitas rojas. Cómo te odié.