La arqueología celebra el 120 aniversario del nacimiento de la matemática y física alemana que desempolvó los misteriosos geoglifos del desierto de Nasca.

“Tenemos aquí el testimonio en gran escala y único en el mundo del primer despertar de las ciencias exactas en la evolución de la humanidad, esfuerzo gigantesco de la mente primitiva que se refleja en la grandeza de la ejecución bajo el cielo vasto de las pampas inmensas y solitarias, barridas por el viento y quemadas por el sol”, dijo la matemática alemana María Reiche.
Esas palabras tienen que ver con la pasión de su vida: el estudio y preservación de uno de los testimonios arqueológicos más relevantes de sociedades prehispánicas: las líneas y geoglifos de Nasca, en la región de Ica (sur de Perú).