Por María Fernanda Ampuero
Edición 462-Noviembre 2020
Por supuesto que conocía a Mafalda: sus viñetas estaban por todos lados; Bernard, el de El show de Bernard, la tenía sobre su piano y la idolatraba, pero, sobre todo, esa niña preguntona, regordeta y de pelo extraño era una copia argentina de la niña preguntona, regordeta y de pelo extraño que era yo.
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