Contra el tiempo, libro del fotógrafo quiteño Armando Salazar Larrea, centra su mirada en los lapsos previos al éxito deportivo: el entrenamiento, los descansos, las líneas de partida. Es un homenaje al tiempo en que los deportistas se detienen y piensan, por un momento, en las hazañas de su insistencia.

El triunfo obvio no existe, no importa. En estas fotografías sobre distintos deportes —atletismo, gimnasia, box—, la celebración está ausente, suprimida. Para paladear las glorias estáticas o en replay están los periódicos, la televisión, las redes sociales. Ahí suelen enfocar las medallas mordidas, los brazos en V, los cuerpos rompiendo las cintas de llegada, los récords.
En Contra el tiempo, el segundo libro del fotógrafo y documentalista quiteño Armando Salazar Larrea, la mirada, en cambio, está en lo que sucede antes de la competencia: en los entrenamientos, los descansos, las líneas de partida. En los instantes después de que un jab, un levantamiento de pesas o una jugada, repetidas docenas, quizá cientos de veces, no salen como debieron haber salido: como los deportistas y los entrenadores anhelaban.