Por Óscar Espinosa
Edición 459 - agosto 2020.
Fotografías Ó. Espinosa
El sueño de El Dorado sometió al continente sudamericano a la esclavitud, llevó a muchos conquistadores a emprender una búsqueda inútil y mortífera a través del continente. Incluso Atahualpa, el último emperador inca, pagó con su vida esta fiebre del oro que, con toda su crueldad, aún está vigente.

“¡A la mina, a la mina!”, grita una mujer desde una furgoneta, en lo que parece una improvisada estación de autobuses en Juliaca, capital de la provincia de San Román, en la región de Puno en el sudeste de Perú. “¿A la mina? Suba, suba”, insiste al verme llegar. Después de encajonarme en el asiento de atrás entre caras serias que me miran con recelo y esperar que se llenen los asientos que quedan libres, emprendemos la marcha.