Por Fernando Larenas.
Edición 459 – agosto 2020.
La guerra ya estaba perdida para los alemanes, la orden era destruir documentos, apurar el exterminio de judíos en las cámaras de gas. En Theresienstadt —Terezín en checo— uno de los campos de concentración judíos, Joseph Mengele, conocido como El ángel de la muerte, entrevistaba a quienes serían deportados a Auschwitz para ser exterminados en aquellas cámaras que él mismo había ordenado construir después de comprobar su eficiencia letal.