Con honestidad, pero también con humor, nuestra columnista, Ana Cristina Franco, escribe sobre “La molestia”, ese bicho invisible que llevamos dentro.
Sucede a cualquier hora. Puede ser después del almuerzo del martes, en medio de una fiesta o una conversación, en la fila del banco, en el tráfico. Puede llegar, incluso, cuando una está “feliz” (o piensa que lo está).
Llega y todo se acaba. Esa sensación de asco repentino que asalta, esa maraña que se instala entre las costillas después del desayuno de los domingos, entre los platos sucios, en la ropa y los libros tirados en la sala, en el periódico al lado de una taza de café manchada que prometía un día lleno de viajes, libros, escritura.
