Fanáticos y coleccionistas mantienen viva la voz que enloqueció a América Latina con pasillos y boleros de amor y desamor.

Julio Alfredo Jaramillo Laurido eran sus nombres y apellidos completos. Pero la idolatría popular lo convirtió en el Ruiseñor de América y Míster Juramento. O simplemente J. J., un apelativo tan humilde y sencillo como sus orígenes y personalidad.
La voz que enloqueció al público femenino y encendió el romanticismo se apagó el 9 de febrero de 1978. Falleció por complicaciones cardíacas, renales e hipertensión arterial. Alrededor de 250 000 personas le dieron un multitudinario adiós.