Hace cuarenta años murió el irreverente escritor que rechazó el puritanismo, la hipocresía y la falsa moral de la sociedad de su tiempo.
Sórdido, desinhibido, explosivo, descarriado, inmoral, sexópata, pornográfico y obsceno son demasiados adjetivos para asimilar de sopetón, pero al mencionar el nombre de Henry Miller se sabe que son los dardos que recibió por su controversial obra y adquieren sentido los Trópicos y Sexus que lograron quedarse entre los clásicos de mayor audacia de la literatura estadounidense y universal.
