Por Pablo Cuvi.
El expresidente del Ecuador, Gustavo Noboa Bejarano, falleció el 16 de febrero de 2021. Reproducimos esta entrevista publicada en la edición 362 (julio 2012).

Todo el Ecuador escuchó cuando el diputado Febres Cordero dijo que iba a perseguir a Gustavo Noboa “como perro con hambre”. Extraño destino de los expresidentes, quedar marcados con algún hecho o imagen que desplaza a las demás: Abdalá con las bailarinas de la Teletón, Mahuad congelando los depósitos, Lucio entre la Pichicorte y los forajidos, Noboa perseguido por el entonces dueño del país. Pero mucha gente ignora que este abogado y maestro más bien bonachón, que estabilizó una economía en ruinas y calmó las aguas turbias del regionalismo, es de una prosapia más rancia que la de su perseguidor.
Para ratificarlo, un óleo del presidente Diego Noboa vigila el estudio de su casa ubicada en la vía a Samborondón. “Él fue prócer del 9 de octubre, como mi otro tatarabuelo: José Villamil. Noboa fue también triunviro del 6 de marzo de 1845 —dice su descendiente—. Era un hombre que tenía una muy buena fortuna y, como era muy cívico, lo buscaban por ambos lados. Los Noboa tenían grandes plantaciones de cacao en lo que hoy día es la provincia de Los Ríos. Luego el presidente heredó las salinas”.