Cazador silvestre y de historias, Guillermo Arriaga ha escrito guiones memorables, como el de “Amores perros”, y novelas que lo convierten en uno de los autores más leídos actualmente.

A los trece años, Guillermo Arriaga Jordán perdió el olfato, pero intensificó su gusto por la literatura, esa que alimenta con lo más violento de su barrio de infancia. Desde niño sabía que iba a ser escritor y, desde entonces, ha cazado historias que lo han consagrado en la literatura y en el cine.
Totalmente indomable, declara que su lado más sensible está cuando caza con arco y flecha. Y si bien desde niño lo conocían como el Salvaje, asegura que esta práctica es su lado más humano. Algo paradójico, pero las contradicciones han regido la ley de su ferocidad.