La fauna silvestre del Ecuador está en peligro permanente. En Guayaquil el Proyecto Sacha nació para dar respuesta y visibilizar las amenazas humanas que enfrenta.

Al abrir la caja de cartón en la que llegó todo fue peor de lo esperado, algo que ni ellos que son testigos del constante horror podrían haberse imaginado. Había una lechuza común (Tyto alba) sin sus miembros inferiores. Había un ave para siempre imposibilitada de cazar, alimentarse, percharse, atender sus necesidades básicas. Las radiografías, según publicaron quienes atendieron el caso, evidenciaban un acto “macabro y cruel en su máxima expresión”. No fue un accidente. Alguien, sí, una persona, cortó sus garras y la dejó abandonada a su suerte.
Ocurrió en Florida Norte, en Guayaquil, a fines de julio pasado. El informe pericial reveló que se usó una tijera o una cizalla como mecanismo de lesión. Tortura, crueldad, violencia, maltratos. De eso es víctima la fauna silvestre en el Ecuador, al igual que de tráfico y comercio ilegal, quemaduras por actividades agrícolas, pérdida de hábitat por construcción de carreteras o conjuntos residenciales, atropellamientos, cacería. Todas, acciones humanas.