Historiadores, científicos y perfumistas se han dado a la tarea de rescatar y preservar olores del pasado, mientras los museos también liberan el poder del olfato para hacer más vívida la experiencia sensorial.

“Un aroma puede transmitir más mensajes sobre una obra de arte que la imagen por sí sola”, señala una nota descriptiva del proyecto Odeuropa que recién concluyó dos años de investigaciones sobre la interconexión del olfato con el patrimonio cultural europeo.
“El patrimonio olfativo está relacionado a olores y experiencias importantes para las comunidades, grupos e individuos porque los conectan con lugares, identidades y prácticas”, explica Cecilia Bembibre, integrante del equipo científico del proyecto.