Por Gabriela Paz y Miño
Fotografías Cortesía

Un año después de que iniciara la pesadilla por la pandemia de la covid-19, y de cara a un nuevo verano, el sector turístico español se mueve entre la incertidumbre y la esperanza.
2020 fue —también— para este ramo un año de pesadilla. Y no es una exageración: el desastre económico que vació aeropuertos, multiplicó cancelaciones, obligó al despido de miles de empleados y quebró a empresarios, marcó el año pasado como el peor, en décadas, para el turismo en el país ibérico.