Fotografías: Shutterstock.
Edición 467 – abril 2021.
En mayo empezará la ruptura con el Reino Unido si la pelea entre sus líderes no detiene el proceso.

La de 2014 había sido una decepción dolorosa, inesperada: 55,3 por ciento de los escoceses, muchos más de los previstos, habían votado en contra de independizarse del Reino Unido, a pesar de que el gobierno en pleno, encabezado por el primer ministro Alex Salmond, había desplegado una actividad empeñosa y resuelta para convencer a su gente de las ventajas de romper una unión política con Inglaterra que había empezado en 1707 pero que, al cabo de tres siglos y de unas cuantas desavenencias, se había agotado. Para colmo, Salmond se había sentido obligado a renunciar e irse, con lo que el Partido Nacional Escocés había quedado en las manos de una joven impetuosa y carismática, pero inexperta, Nicola Sturgeon, que nadie sabía por qué rumbo llevaría a Escocia.