
Cuando se revisa el perfil de Íñigo Salvador Crespo (Quito, 1960) salta a la vista que es digno hijo de su padre, Jorge Salvador Lara, quien fuera un destacado político conservador, diplomático, abogado, historiador y profesor universitario.
Menos político y más abogado, Íñigo Salvador fue hasta hace poco procurador del Estado y miembro del Comité Jurídico Interamericano; ahora es magistrado del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina.
Tocayo del fundador de la Compañía de Jesús, siempre estuvo vinculado a la Facultad de Derecho de la PUCE, como estudiante, profesor y decano. Obtuvo también una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad Andina Simón Bolívar, ya grandecito, en 2010, porque nunca ha dejado de estudiar. Y lo hace en cuatro lenguas.
Cursó la secundaria en la Academia Militar Ecuador donde le agarró el gusto a las historias de guerra, pero nunca pensó en seguir la carrera de las armas. Lo que siguió y narró, medio siglo después, fue la campaña independentista del general Sucre que consta en su flamante novela 1822.