Por Milagros Aguirre.
Ilustración: Adn Montalvo Estrada
Edición 465 - Febrero 2021.
2020 se nos fue en un abrir y cerrar de ojos. Seguramente, como un mecanismo de defensa y supervivencia, la percepción del tiempo durante la pandemia cambió. Los días, las semanas y los meses pasaron como un soplo. Pasamos de marzo a diciembre en un tris, sin nada que poner en el calendario. Tal vez pasó así, de repente, porque no esperamos nada. Cuando uno espera, el tiempo pasa lento y un minuto puede durar un siglo. Ahora no: el tiempo se esfumó. “El tiempo, el implacable, el que pasó”, como decía la canción de Pablo Milanés.
