Por Jorge Ortiz.
Edición 464 – enero 2021.

Fue un operativo rápido, exacto, de una eficacia enorme: cincuenta monjes, entre ellos el abad del monasterio de Tashilhunpo, en el extremo suroccidental del Tíbet, fueron sacados de sus celdas, alineados en el patio central, subidos en camiones militares y llevados a un cuartel cercano. Una cirugía de alta precisión. Casi no hubo resistencia. Todo terminó en muy pocos minutos, sin conmoción ni alboroto.
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