
Una obra fotográfica vasta y prodigiosa de un artista sulfuroso y sulfurante, que desentrañaba los secretos que esconden las miradas. Escogió, para ello, a las mujeres más bellas. O las de más carácter.
Por Gerardo Fernández Fe
En una esquina de la calle, a algunos metros del Arco del Triunfo, se erige la solemne estatua al general Charles de Gaulle, pero dentro del suntuoso edificio de estilo clásico del Grand Palais, donde menos se lo imaginara el artista mismo, ha tenido lugar la primera gran retrospectiva que se haya realizado en París a la obra fotográfica del alemán Helmut Newton.