Por Milagros Aguirre.
Fotografías: Christoph Hirtz.
Edición 434 - julio 2018.
Luego de tres años y en el mismo sitio de la Casa de la Cultura, el Museo Nacional del Ecuador, que ahora se llama MuNa, vuelve a abrir sus puertas con una nueva propuesta en cuyo diseño participaron curadores, historiadores de arte, expertos en patrimonio y uno que otro político revolucionario.
A la entrada, el espectador es recibido por una serie de esculturas costumbristas de mujeres afroecuatorianas con sus miradas tristes y serias, las arrugas en sus rostros y en las manos, con pañolones y vestidos de colores, invitando a pasar y a descubrir la historia del Ecuador. Primera sorpresa: el MuNa no es cronológico… porque es conceptual. El guía explica a los visitantes (que no prestan mayor atención) el esquema de la muestra:
