Los kurdos se aprestan a crear su propio país, Kurdistán, gracias a la inminente disolución y desaparición de Irak.
Por Jorge Ortiz
El martes 10 de junio de 2014, cuando miles de soldados iraquíes arrojaron sus armas a la vera de los caminos sin haber disparado ni un solo tiro y se desbandaron pálidos y al apuro ante el avance trepidante de los combatientes del Estado Islámico de Irak y el Levante, no sólo se estaban rindiendo los cuerpos de élite de un ejército inmenso y bien armado, en cuyo entrenamiento los Estados Unidos gastaron 25.000 millones de dólares, sino que todo un país, Irak, estaba admitiendo que su disolución es inminente y que, si todo sigue por donde va, desaparecerá pronto como unidad política y su territorio será dividido en tres partes. Tal vez en cuatro.