El lujo y una arquitectura imponente atraen las miradas a uno de los prósperos Emiratos Árabes.
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Rascacielos ultramodernos, hoteles inimaginables, derroche de marcas exclusivas, playas y aventura en el desierto son algunas razones que hacen de Dubái uno de los sitios de mayor proyección turística del golfo Pérsico.
El perfil arquitectónico urbano de la metrópoli es imponente como, por ejemplo, los 828 metros del Burj Khalifa o el hotel Burj Al Arab, “un ícono mundial del lujo árabe”, como se anuncia en su portal web (www.jumeirah.com), edificado sobre una isla artificial con un restaurante subacuático, un acuario, una flota de autos Rolls Royce y un helipuerto.