Por Fernando Tinajero.
Edición 462 – noviembre 2020.

de la estación parisina de Saint-Lazare, realizadas por Claude Monet en el año 1877.
Envuelto en nubes de humo y de vapor, el tren llega acezante a la estación de Saint- Lazare. Al extremo derecho, de pie junto a los pilares, dos hombres parecen encontrarse a la espera de los viajeros que llegan; a la izquierda, varias personas se han detenido en el andén para mirar la partida de otro tren, en el cual quizá se van también sus sueños más queridos; y en primer plano, ya sobre la vía, un guardavías observa la operación de aquellos que se encuentran hacia el centro, con el vapor justamente encima de sus gorras, como atrapados entre aquel tren que está llegando y el otro que, a la izquierda, acaba de partir. Al fondo, apenas visible entre la densa humareda, un alto edificio muestra apenas sus ventanas superiores: se trata, por supuesto, de uno de esos edificios de París que identifican al siglo XIX, igual a todos los que fueron levantados una vez que el barón Haussmann abrió los bulevares.