EDICIÓN 486

En un par de décadas hemos pasado de la dictadura de los medios” a una “democracia digital” en la que, mediante visualizaciones, shares y reacciones, los internautas determinan la popularidad o el olvido. ¿Vale más, en ese contexto, la calidad de un contenido o la popularidad de su autor en Internet? ¿Cómo afecta a autores y contenidos la tiranía del like?
Pongamos que existe un poeta hasta hace poco casi desconocido en los círculos literarios, de esos que, sin ánimo de generalizar, vagan por versos hechos como para las plataformas sociales, en la cibercalzada 2.0 de alguna nostalgia, entre la autoayuda, a medio camino entre lo cursi y lo obvio.