
Por Solange Rodríguez Pappe
El pasado marzo, miles de mujeres se tomaron las calles de Quito para ofrecer su cuerpo a “la marcha de las putas”. La simbólica caminata, que partió como una protesta colectiva con rasgos de performance artístico, encendió la mecha de la lucha contra la violencia de género. Una sola palabra para pensarla mil veces.
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