Por Galo Vallejos Espinosa.
Fotografía: Shutterstock.
Historias de perros sin hogar que cambiaron de vida al ser recibidos y protegidos por vecinos.

El barrio los adoptó. La mayoría de sus habitantes los conoce, los acepta y los alimenta. De vez en cuando los baña. Recoge sus heces. Los perros tienen sus viviendas allí, en el denominado parque de la Tortuga, en el centro norte de Quito.
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