Los habitantes de nuestro continente, los de ayer y los de hoy, somos el resultado de la fusión de amerindios, europeos y africanos. Acercarnos a cada capítulo de esta historia es ahora un acto de rebeldía, pues estamos en una época que tiende a despreciar al pasado mirándolo solo con ojos inquisitoriales o, peor acaso, sacando de contexto los hechos para apoyar visiones trasnochadas y violentas.
El indio más viejo de Francia
A los 95 años murió en Honfleur, Normandía, un individuo llamado Essomericq. No era francés, sino el primogénito del cacique indígena Arosca, y los europeos le endosaron ese nombre para reemplazar el suyo en lengua aborigen: Içá-Mirim. Él había desembarcado en Europa después de que Binot Paulmier de Gonneville, marinero galo, se lo llevara de la actual Santa Catarina al sur de Brasil con la promesa de regresarlo en veinte meses. Jamás cumplió.