Hace 110 años nació Mario Moreno, el maestro de la comedia y la verborrea incoherente en la época de oro del cine mexicano.

¡Ahí está el detalle, señor juez! Que no es ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”.
El 12 de agosto de 1911 nació Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes. Fue el sexto de catorce hijos de una familia en un humilde barrio de Ciudad de México. Y también ese día nació Cantinflas, nombre por el que se lo conoce mundialmente y el personaje que lo consagró en el séptimo arte.
Conocido como el Chaplin de México, hizo reír a varias generaciones con las múltiples identidades de Cantinflas, un ícono de la identidad nacional de su país, asociado al típico “pelado” mexicano que traspasó fronteras y logró calar en la audiencia internacional hispanohablante y triunfar en Hollywood.
“Mario Moreno y Cantinflas nacieron el mismo día, a la misma hora. Después, con el tiempo y con los años, Mario Moreno le dio vida a Cantinflas que ya lo traía adentro… Somos una persona no más”, diría el famoso comediante mexicano en una entrevista televisiva.
Cantaba y bailaba en las carpas (teatros ambulantes callejeros) y fue en uno de esos escenarios, según relató el actor, que tuvo que presentarse ante el público para dar un anuncio y por el miedo escénico surgió su atolondrada jerga: “Fue entonces cuando Cantinflas tomó mi lugar y empezó a hablar. Habló frenéticamente (de forma enredada) sin sentido, tonterías, disparates, palabras confusas, incoherentes, cualquier cosa antes que demostrar miedo. Y dio resultado”.