
En una de las ciudades más violentas del Ecuador, rodeado de algunos de los sectores más peligrosos de Esmeraldas, los vecinos del barrio La Tolita 1 hicieron “vaca” y mingas comunitarias para colocar 130 cámaras, un centro de monitoreo en la casa de uno de ellos y hasta una UPC construida en un contenedor de acero. Una historia sobre el poder de la organización barrial.
—Aquí la gente puede caminar tranquilamente —dice Fabián Recalde, al que todos nombran “nuestro líder”.
En esta ciudad llamada Esmeraldas, en la que las muertes violentas —muy ligadas al sicariato— se triplicaron en 2022. En esta ciudad donde ya no hay rincón en el que no esté alguien contando una historia de “vacunas”. (“A tal señor le pidieron la ‘vacuna’ y, como no les quiso dar, le balearon la puerta de su casa”). En esta ciudad en la que esta misma noche atacarán a tiros el auto en el que viaja la directora de la cárcel de mujeres y matarán a dos de sus ocupantes, aunque ella sobrevivirá.