




Textos y fotos por Marcela García
La presencia constante del Chimborazo en mi niñez debió dejar una marca que dirigió siempre mi mirada a los nevados y a buscar de manera obsesiva, en mi trabajo fotográfico, las sutilezas de este color, aparentemente ausente de colores.
No tengo claro el recuerdo de cuándo imaginé la Antártica por primera vez, lo que sí tengo claro es que cuando fui a la Patagonia se iniciaba mi aproximación al continente blanco.
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