Sorprendidos, incrédulos y con poca información sobre la condición de sus hijos, padres de chicos con altas capacidades aterrizan en ese mundo.

Es un territorio desconocido aún en el Ecuador. Pocos profesores reconocen rasgos de superdotación en sus aulas.
Algunos niños son enviados a evaluaciones psicopedagógicas con la sospecha de trastorno por déficit de atención (TDAH) pues se distraen al aburrirse con contenidos que captan más rápido que el resto. A ciertas madres les piden no “adelantar” a sus hijos, cuando descubren que leen y escriben antes o si notan un interés por temas que se tratan más tarde.