Acantile duerme piloto es un libro gozoso, sobre el misterio, lo animal, el amor. Aquí, el placer y la celebración del cuerpo son espacios colindantes. La poesía ecuatoriana interrumpe al mundo con su aullido.
No sé coquetear, sé temblar. Creo en la sabiduría del estremecimiento. Creo en el sonido de mi respiración, que se agita, intuye ritmo. Creo en el temblor capaz de mover lo dormido. Mi cuerpo erizado dice que, cuando leo a María Auxiliadora Balladares, estoy temblando.
