Por Mónica Varea.
Ilustración: Sol Díaz.
Edición 432 - mayo 2018.
Vicki m
e recibe en su apartamento. La envidio. Desde la puerta suspiro maravillada ante la sobriedad y el buen gusto, ¡si yo pudiera vivir en orden!
Compartimos un rico chai y un trozo de carrot cake como ella lo llama. Es una mujer tan fina y espontánea que el inglés o el spanglish fluye con una naturalidad asombrosa, lejos de parecerme chocante me encanta cómo lo dice.
Viví muchos años en Colombia, luego en Estados Unidos y finalmente volví, me cuenta.