En la nueva ola migratoria que atraviesa el Ecuador, el paso del Darién es uno de los tramos más complejos y dolorosos de aquellos que se ven obligados a irse. Los familiares que se quedan no quieren contar detalles de la itinerancia, pero sus celulares guardan videos como evidencia de un periplo que es triste, triste.
Con este artículo empezamos una serie sobre la nueva ola migratoria en el país. Y es que entre octubre de 2021 y agosto de 2023 cerca de 205 000 cruzaron por tierra la frontera con Colombia. El 31 % no ha regresado. Igual que hace veinte años, en comunidades de la Sierra centro, hay familias que tienen al menos un pariente que ha dejado su hogar para buscar una vida mejor.

Sentada entre los quintales de papas que vende en el Mercado Mayorista de Quito, María, de cincuenta años, muestra en su celular un video en el que su hijo, de veinticuatro, camina una zona lodosa en el llamado paso del Darién. Por esta zona, entre enero y julio de 2023, han atravesado más de 34 000 ecuatorianos. María nació en una comunidad indígena de Pujilí y, hace poco, su hijo decidió irse a Estados Unidos porque con su trabajo de chofer y la venta de papas ya no podía sostener a su familia. “Se fueron en un grupo de nueve personas”, cuenta la mujer.