Se cumple el centenario del nacimiento de un artista que trasladó a la pintura imágenes de inconfundible poder visual y definió el arte pop.

“Todo el mundo puede reconocer un (Roy) Lichtenstein cuando lo ve”, señalaba hace dos décadas el museo español Reina Sofía a propósito de una exposición sobre uno de los máximos exponentes del arte pop junto a Claes Oldenburg y Andy Warhol.
En una de las retrospectivas más connotadas que ha recibido el artista estadounidense, el Tate Modern de Londres constataba en 2013 el punto de inflexión o, mejor dicho, “la colisión entre el arte comercial y lo que se consideraba bellas artes” que causó el prolífico creador de pinturas, dibujos y esculturas.