
Hace veinticinco años, en una casa en la 12 de Octubre, en Quito, un grupo de comunicadores pensaban en una nueva forma de hacer televisión. Querían mostrar el rostro humano y la profundidad de una sociedad que no aparecía en la televisión de finales de los noventa. Así nació la revista televisiva Día a Día.
“Otra manera de hacer televisión” fue la frase que impulsó el trabajo de un equipo de periodistas e investigadores que querían tomar distancia de la coyuntura local para acercarse a la gente y contar historias desde una perspectiva más cotidiana.
En 1998 la parrilla de televisión ecuatoriana estaba llena programas de entretenimiento y deportivos. En este contexto apareció Día a Día. Sus primeras transmisiones fueron los martes, hasta que se integró al staff de Teleamazonas, en 2004, y se posicionó como un programa dominguero.