
Rebelde, curioso y arrojado son tres características marcadas en Martín Pallares Carrión. La vena política le venía de familia y el periodismo se le atravesó en el camino; ha conjugado este último hasta el cansancio. Su vida ha ido de la mano de los altibajos de la coyuntura ecuatoriana, su anecdotario basta y sobra para entretenidas conversaciones.
El correato lo marcó profundamente. Asegura que hay un antes y un después de haber sido blanco de las sabatinas de Rafael Correa, pero dejar de escribir nunca fue una alternativa. Con el fin del irreverente portal 4Pelagatos, Pallares quiere incursionar en la radio y alista un programa.
—¿Hubieras podido ser futbolista en lugar de periodista?
—Hay dos cosas que yo hubiera querido ser en la vida: torero y futbolista. Para torero no me daba la valentía, para futbolista no me dio el talento. Yo estaba en sexto curso de colegio y un entrenador del Aucas nos convocó, sería el año 1981. No duré más de tres días, era muy duro.