Las granjas de bilis y el tráfico de especies son las mayores amenazas para los osos asiáticos. La organización Free the Bears recibe, en sus tres centros de rehabilitación, a los animales que han sido víctimas de esta industria.

Un recipiente con miel es la señal que usan los rescatistas para indicar a los osos que han llegado a un entorno seguro. Después de vivir durante décadas encerrados en jaulas de cemento, lograr que confíen nuevamente en los humanos es un proceso complejo.
Los osos rescatados de las fábricas de bilis llegan todos los días a los santuarios de Free the Bears, en Camboya, Laos y Vietnam. Al abrir la puerta de sus cajas de transporte, el dulce aroma de la miel, que los osos asiáticos adoran, los invita a dejar atrás el encierro y les presenta una nueva vida lejos de la tortura a la que estaban acostumbrados.