Esta obra de Salman Rushdie debe leerse con calma para no caer en malas interpretaciones y terminar acusando de blasfemia a su autor. Abrimos un horizonte de lectura para "Los versos satánicos".

“Al vilipendiar al profeta Mahoma y difamar al Sagrado Corán, el autor, un experto analista de las creencias musulmanas, debió anticipar una reacción de horror en todo el mundo islámico”. Quien escribe así no es un ayatolá ni el líder de un grupo islamista; es el expresidente Jimmy Carter, que, como muchos, malinterpreta esta obra del escritor indio de religión islámica, Salman Rushdie.
En 1989, en el extremo de este desentendimiento, el líder supremo de Irán, Ruhollah Jomeini, promulgó una fetua, orden judicial del clero islámico que pedía ejecutar al escritor por blasfemo, y ofrecía una recompensa a quien llevara a cabo la condena. Tras la muerte de Jomeini, el Estado iraní se desentendió de la orden, pero por lo menos dos fundaciones islámicas doblaron la apuesta. Y hace pocos meses un fanático entusiasta estuvo a punto de perpetrar el crimen, devolviendo a la actualidad esta obra publicada inicialmente en 1988.