Los populistas han dividido a América Latina como nunca antes había ocurrido
La duda atormentaba a Zavalita que, sin encontrar nunca la respuesta, se preguntaba siempre cuándo había empezado el desastre de su país: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”. En su larga charla con el Zambo Ambrosio, el joven Santiago Zavala, estudiante universitario, sin pesares económicos pero abatido por la falta de certezas sobre el futuro peruano, el desaliento y la melancolía aparecen una y otra vez. Es un diálogo apesadumbrado, incluso triste, con el interrogante siempre abierto: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”.

El diálogo, de cuatro horas, ocurre a mediados de los años sesenta del siglo anterior en un bar sin pretensiones y no muy limpio, de techos altos y cuya entrada parece portón de iglesia, por lo que su dueño lo llamó La Catedral. Zavalita, que en las aulas universitarias presencia a diario la propagación de las ideas comunistas, sobre todo como derivación de los ocho años del gobierno autoritario del general Manuel Odría, reflexiona con pesimismo sobre el destino de su país. Ambrosio tiene discrepancias y coincidencias. Y, por cierto, ninguno de los dos tiene claro en qué momento se había torcido el Perú.